domingo, 26 de julio de 2009

La Rural: este año, la tecnología acerca como nunca a los chicos con el campo

Para un nene de ciudad al que lo llevaron a Disney pero nunca lo llevaron a recorrer su país, no debe haber forma más fácil de enseñarle de dónde viene la carne que come, qué vitaminas tiene la fruta o qué es ese monstruo que se llama cosechadora, que usando como intermediaria a una herramienta familiar: la tecnología. Ayer, en la 123° Exposición Rural de Palermo los juegos interactivos, los simuladores de GPS, el cine envolvente y las cosechadoras último modelo, buscaron ser artífices del acercamiento entre los chicos, sus papás y el campo.

En La Rural, el "eso no se toca" no va más. Varias empresas dejan que los chicos se suban a los tractores, a las cosechadoras y hasta a las cortadoras de pasto. La firma Vassalli puso en exposición una bestia colorada y una escalera. La idea era que, con la excusa de subir a los nenes, los papás subieran a ver su consola equipada con pantalla de 10 pulgadas touch screen (que permite dar órdenes o ingresar datos tocando la superficie), el monitor de rendimiento, el GPS y la pantalla retrovisora con cámaras en el tubo de descarga.

En otro sector del pabellón, la empresa Agrojet llevó un simulador de navegador satelital con un volante. Manejando el simulador, hasta los chicos aprendieron cómo funciona el sistema de mapeo satelital que sirve para que la máquina no fumigue dos veces sobre el mismo sector ni deje zonas sin fumigar.

Entre la multitud del primer fin de semana, en el stand del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina montaron un juego interactivo en el que los adultos hacen fila para tratar de adivinar y no ganar nada. En la pantalla de LCD aparecen las preguntas: ¿Cuántas hectáreas le restó la agricultura a la ganadería entre 1998 y 2002? ¿Qué porcentaje de carne se consume en el país? Cuando aparecen las opciones, hay que tocar la pantalla táctil para acertar la correcta. La conclusión es que nadie tiene ni la menor idea.

En el Pabellón Frers, en la otra punta, el Ministerio de Cultura de la Ciudad organizó un espacio llamado "Callecitas porteñas": un paseo por imitaciones de rincones de la ciudad que culmina en un cine de 360 grados. Como la imagen y el sonido son envolventes, cuando aparece la cancha de Boca, dan ganas de alentar. Ahí cerca, todos los días, se ofrece la obra Juana de Azurduy.

El gobierno de San Luis no iba a ser menos y montó un "Centro de inclusión digital" en el que pasean a los chicos por la geografía de la provincia a través de sus netbooks.

La empresa Calilegua llevó una pantalla con joysticks para que jueguen a cosechar frutas mientras la máquina los premia con las vitaminas de las frutas.

El stand de una marca de hamburguesas tenía 30 metros de cola para que los chicos toquen un fantasmita y se ganen un peluche -nada que ver con el campo-. Debe haber pocos stands sin pantallas de LCD. De fondo, en ellas se proyectan imágenes de los grandes ausentes en la muestra: los chanchitos.

Fuente: Clarin

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